top of page

R5 - M5: Zapatillas de deporte (Microteaching)

La actividad que escogí para llevar al aula, como explico en la descripción de la muestra, es una práctica de vocabulario creada a partir del feedback que recibí cuando la puse en práctica en el curso de ELE de International House. El microteaching tuvo lugar el 18 de enero de 2019. Lo he querido incorporar al portafolio para aprovechar que tengo que reflexionar sobre él como actividad final para la asignatura de Metodología, y también porque se basa en una actividad que he programado y materializado yo misma, y que supone una mejora de la anterior. A partir del

partir del feedback que he recabado en las fichas de evaluación he podido volver a evaluar esta práctica y comprobar si he sabido convertirla finalmente en una actividad significativa e interesante para los alumnos. Mi actuación docente está en continuo proceso de autorregulación y evolución, gracias a la retroalimentación y a la propia puesta en práctica, en la que también tomamos decisiones al momento de manera consciente o inconsciente. Lo que pretendo hacer en los párrafos siguientes es reflexionar, en primer lugar, sobre la actividad sin tener en cuenta la auto- y coevaluación y luego, ya, visionar el ví-

deo, leerme todas las fichas de evaluación —la mía, la de la profesora y la de mis seis compañeras— y elaborar una reflexión con datos triangulados.

Reflexión sobre la práctica en sí (sin tener en cuenta ni el vídeo, ni la autoevaluación ni la coevaluación)

El tema tratado, como se puede comprobar en la descripción, corresponde al léxico relacionado con las acciones que se pueden hacer en el móvil a través de las aplicaciones, de modo que es significativo para los estudiantes, ya que realizan las acciones trabajadas a diario. Respecto del objetivo lingüístico se trata de que practiquen las expresiones aprendidas en contexto interactuando con el compañero y en pequeños grupos, por lo que se trabaja en el marco de un contexto auténtico. Como en toda actividad de fluidez, hay un objetivo comunicativo que consis-

 

 

 

 

 

 

ponerse de acuerdo para la puesta en común posterior. Solemos hablar de las apps que tenemos en el móvil, sobre todo cuando pedimos recomendaciones a nuestros amigos, y, además, para decidir cuál es la más completa y la preferida se debe aludir otra vez al léxico trabajado en el punto 4.2 de la práctica y presentado anteriormente, de manera que puedo añadir que el vocabulario se integra tanto en las acciones que ejecutamos a diario, como en la toma de decisiones que tiene lugar en la práctica —vocabulario al servicio de la comunicación: aprender a comunicar es aprender la lengua—. Además, las dinámicas son todas en parejas o en grupos, es decir, se interactúa constantemente, y esto se relaciona con el hecho de que los procesos de interacción están indisociablemente relacionados con los procesos de aprendizaje: aprendemos colaborando, interactuando.

 

La actividad, por otro lado, y como vimos en las sesiones de Metodología, se centra en la fase productiva del desarrollo de la dimensión léxica en el aula. Dicha fase consiste en el uso del léxico aprendido con un objetivo concreto en un contexto auténtico. Y, como es una práctica de fluidez, la corrección debe tener lugar al final: el docente debe tomar nota de los errores mientras los alumnos interactúan, y luego los lleva a pizarra para que se corrijan conjuntamente. Como apunte final, la actividad tiene una implicación didáctica relevante, y es que se requiere una reflexión por parte del estudiante sobre el uso y el significado de las palabras. Las usa en contexto, y para ello, debe entender qué significan. Esta implicación de las prácticas de vocabulario bien hechas se nos había introducido en el curso de ELE de International House, así que para esta reflexión he acudido a los apuntes que tomé para poder dejar constancia de ello.

Reflexión sobre el microteaching y la práctica (teniendo en cuenta la retroalimentación propia, de la profesora y de los compañeros)

Después de visionar con detenimiento el vídeo 8 días después del microteaching, ha llegado la hora de la reflexión de la puesta en práctica, y, para ello, me he leído concienzudamente el feedback de mis compañeras y de la profesora, así como mi autoevaluación, para poder completar este apartado. Con esta retroalimentación, y relacionándo la reflexión con la imagen del párrafo siguiente, pretendo tomar los comentarios y propuestas de mejora de mis compañeras y de la profesora —las ideas, bombillas— para poder replantearme mi actuación docente —engranajes— y mejorarla —gráfico después del símbolo igual—.

En general puedo decir que me sentí cómoda haciéndola, y se me ve cómoda en el vídeo, y esta naturalidad parece reflejarse en la gestión de la actividad, en las instrucciones —claras y concisas—, en el lenguaje —adecuado al nivel y comprensible—, en que estoy pendiente en todo momento de los alumnos —y tengo visión periférica, porque en la última puesta en común llamo la atención a dos alumnas que no escuchan a la compañera que está hablando— , en la posición de mi cuerpo y en los gestos. De hecho, la gestión es el punto que la mayoría de retroalimentaciones

 

 

 

 

 

ya tenían en pantalla lo estrictamente necesario: el pantallazo de móvil—. Eran pura formalidad. No me olvidé, por el contrario, de escribir mi nombre en la pizarra y poner una línea vertical en la sección derecha — es un ritual que ya tenía interiorizado de las prácticas en IH, y que vimos en la clase de Metodología—. Mi tono de voz es pausado y adecuado, y también mantengo un ritmo ni muy rápido ni muy lento durante toda la práctica. Si que es verdad, eso sí, siguiendo la recomendación de la profesora y de una compañera, que tendría que sonreír más, porque entre la brevedad de las instrucciones y que estoy bastante seria, falta algún elemento que modalice y amenice la actividad, pero el caso es que reconocí en ese momento que no lo hice porque me tomé el microteaching un poco como una presentación formal, puesto que los alumnos eran mis propios compañeros del máster, y yo había dado clases a estudiantes de ELE de verdad. Sí que lo tendré en cuenta para cuando haga las prácticas en Múnich, ser como he sido en IH: alegre, risueña, empática y natural. El carácter del docente y el clima que consiga crear en el aula también entran en la dimensión afectiva.

En la reflexión en caliente, esto es, la que hice justo después de la puesta en práctica, comenté que lo que había funcionado mejor eran las dinámicas, porque facilitaban la interacción y el intercambio de opiniones. Ahora sigo

 

 

 

 

 

 

 

 

que no sirva a personas que no tienen esas apps o que no tienen smartphone, porque precisamente por eso hago dinámicas en parejas, en común y en grupo, para que puedan hablar de ellas —y en la segunda parte dejo claro que pueden hablar de otras—. Lo que sí que podría hacer en futuras puestas en práctica es asegurarme de que los discentes conocen el adjetivo intruso, porque es clave para entender la 1ª parte de la actividad —se sobreentiende, de todos modos, que si nadie pide explicación todos lo entienden—. En general, eso sí, la mayoría coinciden en que es una actividad que garantiza un intercambio comunicativo significativo entre los estudiantes. Un problema que no había previsto —pero que en la retroalimentación nadie me ha comentado— es que los nombres de las aplicaciones no se acabaran de ver bien en el proyector a causa del fondo de pantalla —era el de mi móvil—, pero lo pude solucionar durante el monitoreo, resolviendo dudas respecto a ello.

Por otra parte, ahora que me he visto y tengo delante el feedback de mis compañeras, sí que es verdad que cuando hago el monitoreo podría intentar ponerme más de cara al grupo de alumnos que interactúa, y no posicionarme completamente de lado, porque puede dar la sensación de que doy un poco la espalda o no mantengo contacto visual—. Es verdad que en las clases de International House me enseñaron a que no se debe establecer contacto vi-

después tendría que recoger de algún modo esas aplicaciones —ampliando la captura de pantalla con redonditas y el nombre y comentándolas en la puesta en común—. Y, en ese sentido, en la primera parte de la práctica se podrían nombrar todas a modo de comprobación de que todo el mundo entiende lo que está en pantalla.

Otro punto que me ha comentado alguna compañera en la coevaluación escrita —y que otra chica también me marcó el día del microteaching en la valoración oral— es que podría haber añadido algún elemento lúdico a mi actividad, y, de hecho, me hizo una propuesta —a raíz de la asignatura que ha cursado ella de Cine— de una idea que podría llevar al aula, y veo que sería interesante para la comprensión lectora que hace de soporte de la presentación de vocabulario: se trata de los 7 pecados digitales. Podría añadir una actividad después del punto 4.3 en la que tuviesen que decidir cuáles son sus 7 pecados digitales—o el número de pecados que quieran— y explicarlo a sus compañeros de grupo. Lo tendré en cuenta como idea para próximas aplicaciones o actividades porque realmente me ha parecido muy original la relación entre esta idea y mi práctica.

te en una toma de decisiones en grupo para llegar a la conclusión de cuál es la aplicación más completa y cuál es la favorita de cada grupo. Esta toma de decisiones se enmarca en los procesos comunicativos o cognitivos que hemos visto en la asignatura de Conceptos Básicos y en la lectura de Herrera y Conejo (2009), y que se orientan hacia conductas comunicativas similares a las que los hablantes desarrollan a diario, ya que, en este caso, tienen que llegar a conclusiones comunes y

chat-23713_960_720.png
success-2081168_960_720.jpg

han marcado como muy buen ejecutado. Creo que me olvidé de repartir las fotocopias porque mi subconsciente no lo vio como acción necesaria, y la verdad es que, pese a este pequeño desliz, no hubo ningún problema, porque la actividad se podía llevar a cabo perfectamente sin ellas —era una práctica oral y

creyendo que, junto con la creación de grupos nuevos —mandé a tres personas que se cambiaran de sitio— fue lo que más bien funcionó, y, aunque sí que es verdad que también puede haber alumnos que no tengan smartphone, todos se sienten interesados por, al menos, una de estas aplicaciones, dado que se pueden tener o en el móvil o en el ordenador. Por otro lado, algunas de mis compañeras me han comentado que no he tenido en cuenta que quizá haya personas que no conozcan de qué va la app, pero por eso en la puesta en práctica de la 1ª parte ya pregunto si las conocen todas, y allí se entiende que se pueden explicar entre ellos para qué sirve cada una. No creo que sea una práctica

sual directo porque ellos están interactuando y tu estás monitoreando su interacción, pero también es cierto, siguiendo el consejo de Vicenta, que cada docente debe encontrar la forma con la que se sienta más cómodo, y, en ese sentido, sí que me gusta ir alzando la vista del bloc de notas de vez en cuando para conectar más con los estudiantes y que vean que estoy ahí por si tienen alguna duda. También me han anotado dos personas —la profesora y una compañera— que hubiera faltado algún ejemplo en la primera parte de la actividad, y la verdad es que lo pensé, pero no lo hice por falta de tiempo —sí que al final digo cuáles son mis aplicaciones favoritas—. Y, por otro lado, la docente ha visto que si doy la posibilidad de que hablen de otras,

En definitiva, cuando te autoevalúas en caliente, siempre se te escapan cosas, y cuando confrontas tu visión con la de tus colegas y la de la profesora observadora, obtienes otras perspectivas que enriquecen tu reflexión y te hacen fijarte en aspectos en los que no te habías parado a pensar antes. En ese sentido, haber hecho el microteaching y haber recibido feedback nutricio, ha tenido un impacto muy positivo en mi formación, porque he podido pensar en cómo fue mi actuación docente y apuntar los aspectos que debería mejorar para la próxima vez. Y he podido validar la versión mejorada de la práctica de vocabulario, considerando, eso sí, lo que tendría que añadir en la planificación y la puesta en práctica desarrollopara acabarla de completar del todo y hacerla casi perfecta. Las reflexiones que extraigo de todo esto, para concluir, me sirven para futuras prácticas docentes en general, y no solo para esta práctica de vocabulario o para actividades parecidas. El feedback y las ideas que se desprenden son extrapolables a otras situaciones de enseñanza. 

bottom of page